
Del análisis de las distintas reformas urbanísticas
se ha observado que recurrentemente las transformaciones del
centro histórico se han basado en la creación
de huecos, a través de vías o de plazas. Esta
última etapa (1986-2000) no sido una excepción.
Frente a la apertura de vías se ha recurrido a la apropiación
de plazas y nuevos espacios expropiados, según un modelo
más cercano a la desamortización de Mendizabal
de 1835, que a la apertura de la Vía Laietana de 1907.
Por otra parte se ha observado que en cada reforma siempre
ha existido un nuevo grupo social emergente que ha intentado
apropiarse de los sectores centrales de la ciudad. La ultima
apropiación ha sido la de la industria cultural, generadora
de un discurso gentrificador. La idealización de la
mezcla urbana y del multiculturalismo en los espacios públicos
ha sido su eje central. En este marco el discurso del proyecto
urbano se ha trasladado al diseño de los espacios públicos.
En este contexto los medios de comunicación han transformado
los mecanismos de formalización de los espacios centrales
de la ciudad y ello ha propiciado que la percepción
física se confunda con la imagen creada por los medios
de telecomunicación. En el discurso post-colonialista
la metrópolis generaba una imagen de los países
de las colonias. El "nosotros" de la metrópolis,
y "el otro" de las colonias. Actualmente este discurso
se ha transformado, ya que los inmigrantes de las colonias
se han instalado en la metrópolis. Las comunidades
de pakistaníes, de filipinos o de dominicanos se han
instalado en el centro histórico de Barcelona. Ello
ha generado que al centro histórico, configurado como
el tradicional gueto social acogedor de los últimos
inmigrantes peninsulares, y vestíbulo de entrada a
la ciudad, se le ha añadido en las dos últimas
décadas una inmigración que ha consolidado la
condición de gueto cultural. En este nuevo marco, ya
no es evidente que estas comunidades se integren en el nuevo
grupo. Ello ha provocado que en el discurso sobre el otro,
la integración ya tiene poco que ver con la realidad.
El protocolo se rompe para unos espacios diseñados
como lugares de orden y consenso.
El discurso del proyecto urbano, plenamente pertinente para
la renovación urbana de los barrios obreros del cinturón
industrial de Barcelona, ya no es válido aplicado al
centro histórico de Barcelona. Su aplicación
ha ido derivando en la construcción de una escenografía
en la que los arquitectos son sus decoradores. La perspectiva
de la ciudad como decorado, en el que las personas y los espacios
son tratados como elementos de unas escenografías basadas
en un discurso benefactor y etnocéntrico, falsifica
la propia realidad de los espacios públicos. Se le
está diciendo al espacio y a las personas cómo
deben actuar. Se marcan unas pautas sobre las relaciones que
personas y espacios deben establecer, siempre desde una perspectiva
del poder establecido. En este sentido, los centros históricos
se han convertido en elementos subalternos de un discurso
de la ciudad. Ante un escenario que no es homogéneo
y en el cual la dualización del espacio se ha asentado,
aparecen personajes y escenas que no estaban previstos en
el guión. La vivencia de inseguridad, problemas de
convivencia entre vecinos, las patrullas callejeras, niños
de la calle. Todo esto no responde a lo previsto para el barrio
desde la perspectiva del discurso gentrificador. Los espacios
no se han considerado desde la ocupación del entorno,
sobre las condiciones (propiedad/alquiler), los tipos de poblaciones.
Todo ello hace que algunos de estos espacios sean frágiles.
Decisiones como situar establecimientos de instituciones que
tienen más bien unos horarios de administración,
la utilización de las plantas bajas y de los entresuelos
es mucho más decisiva de lo que pueda parecer a simple
vista. En este marco la caricaturización del espacio
público limitado a una intervención puramente
arquitectónica en la que se busca un decorado y el
control del mobiliario urbano pone en evidencia la ausencia
de unos planteamientos urbanísticos globales, esenciales
para un tratamiento de los centros históricos.
Un análisis sobre las relaciones realmente establecidas
sobre los espacios públicos nos ha mostrado que los
espacios públicos siguen unas reglas de apropiación
que dependen de los grupos que los habitan en su cotidianeidad.
Los espacios con una composición homogénea de
los grupos autóctonos ha generado movilidades de vecindario
predominantes. En este caso los espacios viven autónomamente
y fuera del discurso gentrificador. Los espacios en los que
se crea una dualización definida por los grupos autóctonos
y comunidades de inmigrantes de la última generación,
el espacio es más frágil. Si los espacios son
de grandes dimensiones como Horts de Sant Pau o Rambla del
Raval, tiene mayor posibilidad de ser apropiado por grupos
nómadas incontrolados y generadores de problemas de
inseguridad. Este efecto se refuerza todavía más
si son espacios con movilidades de centralidad ya que toma
cuerpo un componente de "no lugar" que dificulta
la apropiación cotidiana de los lugares, como es el
caso de la Plaza Orwell. Las acciones sin control de los "niños
de la calle" o la creación de patrullas de seguridad
creadas al margen por la comunidad paquistaní es una
prueba de la apropiación del espacio por grupos nómadas.
En el fondo, y tal como señala Neil Smith, el discurso
de la reforma urbana desde el proyecto, y su concreción
en el llamado modelo Barcelona, ha legitimado la elitización
y la dualización del centro urbano dirigida por un
nuevo grupo social emergente que ha utilizado al gobierno
municipal para conseguir sus objetivos (Smith, 2000).
Francesc Magrinyà Torner
Gaspar Maza Gutierrez
Este texto es un extracto del estudio "Inmigración
y huecos en el centro histórico de Barcelona (1986-2000)".
Ha sido presentado en el III Coloquio Internacional de Geocrítica
(Actas del Coloquio 28, 29 y 30 de mayo de 2001). Ver: Magrinyà,
Francesc & Maza, Gaspar, "Inmigración y huecos
en el centro histórico de Barcelona (1986-2000)".
Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía
y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788]
Nº 94 (62), 1 de agosto de 2001 (ver:
http://www.ub.es/geocrit/sn-94-62.htm).
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